jueves, 5 de julio de 2012

ARREGLANDO EL MUNDO
Un científico que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para reducirlos.
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hija de 7 años invadió su santuario decidida a ayudarlo a trabajar.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió a la niña que fuese a jugar a otro lugar.
Viendo que era imposible sacarla, el padre pensó en algo que pudiese darle, con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!
Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hija diciendo:
-“Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie”.
Entonces calculó que a la pequeña le llevaría días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz de la niña que lo llamaba calmadamente.
-“Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio el padre no dio crédito a las palabras de la niña.
Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.
Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de una niña.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo.
Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.

¿Cómo era posible?

¿Cómo lograste armarlo?
-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi. que del otro lado estaba la figura de un hombre.
Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era.
“Cuando conseguí arreglar al hombre, dí vuelta la hoja y ví que había arreglado al mundo…”

Historia del Luz y Sabiduría
de Elena Fernández Bayo